Realmente, aunque no queremos, hemos de reconocer que ese monumento es tan extraordinario por la época y lugar de aparición, que no podemos dejar de relacionarlo con civilizaciones más avanzadas que los pueblos de la cerámica campaniforme. ¿Pero qué civilizaciones?. Este es el gran enigma, pues no encontramos ninguna a la cual atribuirle ese monumento. Y la conclusión final es todavía más sorprendente: ¿seres de otro mundo?, ¿seres extraterrestres?. Podría ser una explicación, máxime por utilidad astronómica que parece tener, utilidad que no ha sido nunca bien explicada, quizá porque siempre se ha buscado en las creencias de los pueblos de la cerámica campaniforme y no en las posibilidades de civilizaciones extraterrestres.
Otro hecho intrigante es que todos los monumentos y construcciones enigmáticos de las civilizaciones desaparecidas de Europa y América estén dedicadas al Sol. ¿Hay en común entre la misteriosa civilización que construyó Stonehenge y la que parece haber dejado su sabiduría en los antiguos egipcios, aztecas y mayas? ¿Sirven sus monumentos más como un observatorio guía para extraños viajes, quizá siderales, que para templos de adoración?. Esperamos que las modernas investigaciones sobre OVNIS den un poco de luz sobre tantos misterios.
Hoy día, este enigmático monumento megalítico está bajo la protección especial del Estado, que se ha cuidado de restaurarlo en las partes más importantes, utilizando potentes grúas para levantar algunos menhires y colocar los pesados dinteles de sersen, en un loable esfuerzo para impedir que desaparezca ese santuario que nos habla de las civilizaciones que nos han precedido y que han desaparecido en la noche del tiempo junto con su sabiduría religioso-atronómica
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