Mientras una estaca fría movilizada
por la ambición,
hiere y destruye el corazón de la Madre Tierra,
millones de personas anónimas, guerreros del corazón,
hiere y destruye el corazón de la Madre Tierra,
millones de personas anónimas, guerreros del corazón,
límpian
dicha herida “amando” a los animales.
Mientras millones de vidas
son arrebatadas de Gaia
por el comercio de la carne,
los guerreros del corazón,
con la fuerza de su amor
siguen construyendo
un paraíso para los animales.
Se vislumbra un paraíso de amor para los animales
gracias a la profunda bondad del ser humano:
del indigente que comparte cobijo con un perro
y de quien respeta toda vida bajo el Cielo.
Quiero un paraíso para los animales en la Tierra,
un espacio en donde sean considerados los derechos
de quienes mueren en la profunda agonía
de quien no tiene voz ni fuerza para defenderse.
Por nuestra
Madre Tierra,
Por nuestros
Hermanos sin Voz.
¡Paraíso para los animales!
Daniela Orellana Espinoza
Mientras millones de vidas
son arrebatadas de Gaia
por el comercio de la carne,
los guerreros del corazón,
con la fuerza de su amor
siguen construyendo
un paraíso para los animales.
Se vislumbra un paraíso de amor para los animales
gracias a la profunda bondad del ser humano:
del indigente que comparte cobijo con un perro
y de quien respeta toda vida bajo el Cielo.
Quiero un paraíso para los animales en la Tierra,
un espacio en donde sean considerados los derechos
de quienes mueren en la profunda agonía
de quien no tiene voz ni fuerza para defenderse.
Por nuestra
Madre Tierra,
Por nuestros
Hermanos sin Voz.
¡Paraíso para los animales!
Daniela Orellana Espinoza
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